Crítica Cinematográfica: “LA CHICA DEL SUR”

MONUMENTAL

Por Lucas Moreno

Los documentales le imponen al realizador muchas horas deformes de material, que tras un montaje terapéutico, se convierten en un ladrillo expositivo y en el peor de los casos didáctico.

La Chica del Sur es la frontera de esta premisa: como documento es torpe, ni siquiera logra responder sus hipótesis. La Chica del Sur es otra cosa, quizá una historia de amor imposible con subfuerzas temáticas que le dan un cuerpo sensual y complejo.

Pero ese quiste sebáceo llamado ficciodocumental no brota nunca. La Chica del Sur es una película real y asombrosa. Y el asombro, para ser puro, necesita desclasificarse. Si alguien me acusa de histérico, podríamos llegar a una amnistía afirmando que La Chica del Sur es un documental desde sus posibilidades materiales y un ficcional desde su espontaneidad narrativa.

El vórtice es la obsesión de José Luis García por Lim Sukyung y luego la obsesión Lim Sukyung por José Luis García. Como un síndrome de Estocolmo. En el medio, un trasfondo político que jamás cobra importancia.

Si un documentalista sale en busca de su objeto para escudriñarlo, José Luis García sale a conquistarlo. La narrativa-documento se resume así: en 1989, el realizador está deprimido por un desamor. El hermano compra un pack de turismo revolucionario para visitar Corea del Norte en el auge de la guerra civil, pero se baja a último momento. José Luis García ocupa su lugar. Lleva una cámara VHS y no parece importarle lo que hacen esos “barbudos cantando la internacional”. Se esconde tras su cámara y filma. Filma cada excursión y logra una radiografía sublime sobre el turismo revolucionario.

Esto me recordó a un viaje que hice a Buenos Aires en el 2005 para marchar contra de la ley de educación superior. Lo organizaba el Partido Obrero de mi facultad y como el viaje salía 20 pesos, no dudé en sumarme. En el colectivo leían en voz alta el diario del Che Guevara. Al llegar me hicieron dormir en un aula de la Facultad de Medicina y tocábamos la guitarra o jugábamos al Scrabble. Durante la marcha me escapé para ver Charlie y la Fábrica de Chocolate en un cine.

José Luis García durante su viaje del 89 descubre a Lim Sukyung, una activista que se escapa de Corea del Sur y propone la reunificación. La chica se hace súper famosa por encarnar grandes ideales y rogar paz. Siempre alegre, da conferencias y es festejada por multitudes. José Luis García vuelve a la Argentina, pasan muchos años y jamás la olvida.

Durante estos años, Lim Sukyung se convierte en una ermitaña asqueada por la exposición mediática. José Luis García quiere reencontrarla y es tan hartante que la misma Lim Sukyung asegura que “se iría al infierno si no lo recibe”.

Al modo de Sibila, otro buen documental que entiende de manipulación narrativa, lo que enriquece cada escena es la personalidad de Lim Sukyung. La cámara, ya en HD, no puede superar el vallado neurótico de esta mujer, no puede escarbar en su ideología actual, no puede revisitar su pasado. Sólo en un estado de borrachera, Lim Sukyung arroja alguna pista sobre el humanismo nihilista que la moviliza.

Y así, acosándola para filmar su corazón, José Luis García colateralmente problematiza las artimañanas de los medios de comunicación para que ciertos personajes estén al servicio de una política oficial.

Con una voz en off irónica y acompasada, con subtítulos parpadeantes que dejan diálogos oscuros, con una estructura de tres partes consistentes, La Chica del Sur es un relato divertidísimo e inesperado, que buscándose obsesivamente encuentra un desenlace estremecedor, de una potencia poética tal que al oscurecerse la pantalla, no se dio cuenta y cruzó la frontera de obra maestra.

Calificación: 10 morenaux

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Título: La Chica del Sur
Año: 2013
País: Argentina
Duración: 94 minutos
Dirección: José Luis García
Guion: José Luis García y Jorge Goldenberg
Producción: Gabriel Kameniecki, Roberto Bonomo, Geo Orellana y Luciano Quilici
Intérpretes: Lim Sukyung, Alejandro Kim, José Luis García
Cámara: José Luis García
Cámara adicional (en Corea del Sur): Kim Tae-jung, Park Jae-in y Gabriela Cristina Chirife
Sonido directo (en Corea del Sur): Kim Yul-su
Postproducción de sonido: Martin Grignaschi, La Burbuja sonido
Música: Axel Krygier
Montaje: Alejandra Almirón, Alejandro Carrillo Penovi y José Luis García

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