Crítica Cinematográfica: “AMOUR”

HARAKIRI, HANEKE

Por Lucas Moreno

Haneke siempre fue malvado, pero aquellas películas donde la maldad no buscaba trascenderse, como Funny Games, El Séptimo Continente y La Pianista, transmitían gracia. Ahora Haneke quiere que la maldad tenga sentido, o peor, hace el demi-plié del sinsentido. Es así como destroza a un personaje bien compuesto en Amour, obligándolo a cometer una incoherencia para que el alma humana se sumerja en las tinieblas de la locura.

Haneke es el maniquí de la imbecilidad elegante. Una inteligencia usurera que disimula su falta de audacia con solemnidad, pesimismo y amargura religiosa.

En Amour la anécdota es buena; sus accesorios de grandeza y rigor la ridiculizan, maquillan un rostro que a cara lavada sería divino. Sus muchas escenas insignificantes enroscan una complejidad naturalmente atractiva. Qué linda película sería si le amputáramos una hora. No porque aburra, de hecho el aburrimiento es un compuesto estético importante. Sería ideal sacarle una hora de redundancia, esa redundancia impuesta para que la película te obligue a pensar. Pero uno piensa porque no tiene otra cosa que hacer. Aquel cineasta que plantea un conflicto y después lo abandona con imágenes inertes, es un cobarde que le tiró la pelota al espectador.

Es así como el maquiavélico Haneke nos estafó a todos y habilitó el descontrol interpretativo. Leí varias idioteces sobre Amour. Un tipo decía que la cerradura forzada era la enfermedad que ingresaba a la tranquilidad burguesa; otro que su cruel mirada sobre la muerte la convertía en la mayor pieza de cine filosófico hasta la fecha (?).

Un objeto que trae de los pelos a la filosofía es contradictorio, un gesto anti-filosófico. Se pueden obtener idénticas reflexiones con el viejito de Pixar; la filosofía no discrimina la adecuación de su objeto. Si Haneke cuenta una historia con planos largos, le mete música de Schubert y clava inserts de cuadros impresionistas, cambió el envoltorio. La ilusión de estar ante algo importante mantiene esa división tóxica de alta y baja cultura.

Amour puede ser interesante en potencia, pero su ambición senil lo arruina todo. Y de insistir alguien con que éste es un cine poético, que me diga con la mano en el corazón si la paloma perdida no le parece una brutalidad metafórica, digna de un mendigo borracho cantando baladas en la peatonal.

Calificación: 1 morenaux

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Título: Amour
Año: 2012
País: Francia, Alemania, Austria
Duración: 125 minutos
Dirección: Michael Haneke
Guión: Michael Haneke
Producción: Jean-Vincent Puzos, Michael Katz, Veit Heiduschka
Intérpretes: Jean-Louis Trintignant, Emmanuelle Riva, Isabelle Huppert
Dirección de Fotografía: Darius Khondji
Dirección de Arte: Thierry Poulet
Sonido: Guillaume Sciama
Montaje: Monika Willi, Nadine Muse

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