«QUE SUERTE QUE TU INOCENCIA
NO ESCONDA LA MUERTE»
Este Viernes 11 de Agosto, a las 19 hs. inaugura En Casa Espacio de Arte «Qué suerte que tu inocencia no esconda la muerte», de Lucas Ardú, en el marco de los 10 años de La Bienal BA con texto curatorial de Hugo Albrieu.
La memoria es, dolorosamente, la única relación que podemos sostener con los muertos, escribe Susan Sontag en «Ante el dolor de los demás». Son múltiples los usos para las muchas oportunidades que depara la vida contemporánea de mirar, con distancia, el dolor de otras personas. Esta distancia se acorta, se superpone, cuando el dolor es el nuestro. Lucas Ardu viene dando vueltas desde hace un tiempo sobre el duelo en su hacer como artista. Realmente poco importa al analizar su trabajo si el dolor es personal, ajeno,real o ficcional, las obras pueden leerse como objetos que dan cuenta de una pérdida y también de una reconstrucción. Para que exista una reconstrucción es necesario que la memoria sea defectuosa y limitada. Es necesario poder olvidar.
Haciendo memoria sobre los procesos ontogénicos, los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren. La elaboración del duelo está determinada no sólo por las emociones, sino también por el contexto relacional y los significados únicos del doliente, los que tienen que ser reconstruidos después de la pérdida. Es necesario reconocer la realidad de la pérdida y abrirse al dolor. Algo fundamental para la elaboración del duelo tiene que ver con la construcción de un marco que simbolice o represente la pérdida, cuya lógica está presente, por ejemplo, en los monumentos conmemorativos.
Varias piezas objetuales conforman está muestra. Los Inflables con los que Ardu ya venía trabajando en otras series aparecen colgados u oprimidos por bloques de hierro y cemento. Un objeto de mayor tamaño en hormigón armado insinúa un ataúd. Cosas encontradas, cosas en desuso se incorporan a las obras reforzando esta idea de pérdida, abandono y reconstrucción. El color violeta, omnipresente, nos hace pensar en la transmutación. Hay una poética que insiste en hablarnos de la presencia de un sujeto en un objeto. Las imágenes del arte construyen sentido, aunque el sentido sea ambivalente.
Citando a John Berger “compartir el dolor es una condición esencial para volver a encontrar la dignidad y la esperanza. Cuando el dolor es mucho, no se puede compartir. Pero sí se puede compartir el deseo de compartirlo. Y en esta forma de compartir inevitablemente inadecuada reside la resistencia” El tamaño de una bolsa; 2017.
El deseo de compartir el dolor de Lucas, en forma de objetos, es un proceso reflexivo en torno a las posibilidades que se plantea ante lo inevitable. Con la sensibilidad necesaria para convertirlo en arte.
Inauguración: Viernes 11 de Agosto :: 19 hs.
Clausura: sin información
Lugar: En Casa Espacio de Arte (Buenos Aires 383 – 1° A)
Entrada Libre y Gratuita
