CON EL DESPEGUE A FLOR DE PIEL
Crítica teatral de Paloma Sin Vacilo
«Lo que no nace, no vuela. Lo que no vuela, no nace” (Bocha en Paloma sin Vacilo).
Llegamos a La luna. Allí, en una mesa, nos disponemos a comer unas ricas bruschetas de vegetales y esperamos. Sabemos que la noche viene por partida doble. Nos prometieron dos obras de teatro, de dos payasas cordobesas: Bocha y Lita. Entonces, nos pareció que no era justo andar separando lo que tan bien está junto y hablar de ambas de una vez (y con esto no queremos decir que no funcionen separadas o en otros grupos, sólo que la dupla de unipersonales también hablaba de los otros, de estar juntos, y de lo separado…nos pusimos melancólicos con los sonidos del cuatro y no queremos andar haciendo aguas, que “mejor solo/s que mal acompañados” lo inventó alguien con muy pocos amigos seguramente y que preferimos la frase “donde comen dos, comen tres”. Eso sí, como también de unipersonales se trata, lo hacemos por partes, porque de pajarones no tenemos nada (o bueno, casi nada).
Como la paloma, que no vacila y le hace frente a la realidad con sus deseos. Que le hace frente a las controversias y ensancha las sonrisas de los espectadores hablando de lo que discurre en la sociedad en forma espontánea (aunque con una precisión dramatúrgica desde el clown que realza la apuesta).
Es un concierto payaso, con cierta payasa: Bocha canta, baila y es acompañada por el fino cuatro de Julieta Daga ubicada liminalmente en el espectáculo. Bocha quiere ser paloma para ser libre, para pensar lo que quiera, para volar. En medio de todo eso, la payasa con ternura pero sin dudas, prueba mientras repasa la tarea de las tórtolas: ¿qué hace una paloma? Empolla sus huevos, cuida al palomo…pero lo que mejor hace una paloma es volar. Así, con imaginación a flor de piel y certidumbre en sus dichos, Bocha se remonta y en su vuelo nos lleva a todos de las narices, ¿cómo no acompañarla? Además, ella tiene alas para todo, para lo que necesite (accesorio que a más de uno le vendría muy bien para correrse un poco del estar sobre la tierra parcelado).
No pude evitar el recuerdo a la canción chilena “Paloma”, que solía cantar el Dúo Nora y Delia y a tantos otras manifestaciones vinculadas a esta ave mensajera. Porque refiere, precisamente, a un vocablo que se utiliza para llamar cariñosamente a alguien, a la paz, pero también reivindica otros sentidos como la lucha, la esperanza, la libertad; todas en vuelo rasante unificadas en una sola imagen, que tan insignificante parece y sin embargo, con tantos significados…
Así, la Bocha abre la boca y se desprenden pensamientos, afirmaciones y sí, mucha libertad. Por eso, mientras algunos defienden que “mejor pájaro en mano que cien volando”, nosotros preferimos que -si son como Bocha- anden de a cien surcando el horizonte antes que tenerla encerrada en un puño.
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Obra: Paloma sin vacilo –Con…cierto payaso-
Dramaturgia: Julieta Daga, Laura Ortiz
En escena: Laura Ortiz
Vestuario: José Quinteros
Diseño de luces: Charly García
Dirección: Julieta Daga