AL CRUCE: CATARSIS Y MEMORIA EN EL 8° FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DEL MERCOSUR
“─¿Los verdaderos dramaturgos? ─Fallecidos” (en Tesoro Público, Comedia cordobesa).
“ ─¿Cuáles son las políticas culturales del Teatro? ─No, no hay políticas culturales en el Teatro” (en Tesoro Público, Comedia cordobesa).
El 8° Festival Internacional de Teatro del Mercosur arrancó con murgas, canciones y alegría con agrupaciones cordobesas y la presencia de Tabaré Cardozo y su banda uruguaya. Desde el mediodía la fiesta del teatro sorprendió a transeúntes desprevenidos y se instaló en diversas calles de la ciudad -como el carnaval- dando tregua a lo cotidiano para extrapolar la ciudad al mundo teatral. Así, se dio apertura y a las 21 hs. en la sala Carlos Giménez del Teatro Real se estrenó Tesoro público, de la Comedia cordobesa y el director Paco Giménez.
La sala, al borde de su capacidad por la cantidad de espectadores, latía al pulso del encuentro y de pronto, sin indicaciones de ningún tipo, irrumpieron los actores de la Comedia cordobesa. Inmediatamente, el espacio fue convertido por los efectos de lo poiético en la sala: cada centímetro del recinto fue cooptado por el elenco. La puesta en escena así, inició el ritual entre las primeras filas de butacas: los actores se ubicaron en ellas y todo giró sobre sí. Las trampas, los palcos, las telas y los elementos de tramoya vibraron en la puesta transformados por el acontecimiento.
En un escenario barroco, donde se fundió a lo nuevo con lo viejo, a las líneas tradicionales del teatro con lo de ruptura, en donde se cobijó la historia de la Comedia y sus actuales debacles desde el imaginario proyectado por sus protagonistas, se desarrolló el espectáculo. En los 105 minutos que duró, una sucesión de imágenes, personajes, acciones y textos, se desenrollaron a la manera de un ovillo y –como la cinta que atestiguaba en escena diversos epítetos que terminó siendo una luna resuelta por palabras superpuestas y colapsadas- en un todo compacto, abrió infinitas puertas a múltiples sentidos (Poco podríamos decir en una sola nota sobre esto). En el centro, la catarsis de los actores, despojados (algunos literalmente), que ponían el cuerpo a la historia, a la propia memoria (y a la ajena, en manos de personajes fantasmagóricos de una comedia provincial cincuentenaria).
La suerte estaba echada y los riesgos, corridos. La experiencia (como todo en teatro) compleja y única. La sala aplaudió de pie. El público festejó y vitoreó cada palabra que los actores (usando sus nombres de pila) lanzaron a esa suerte de púlpito gestado, ya que el teatro, por momentos, se transmutaba en un espacio en el cual los dioses y los mesiánicos difuminaban sus palabras y arengas.
Para algunos, la obra es un poco larga; para otros, con demasiados desnudos o con innecesario reclamo adosado. Sin embargo, creemos que –nunca más fiel a la tradición de los festivales internacionales de teatro en Córdoba- el teatro salió al abordaje con lo político. Y al cruce, atravesando diversas aristas que -como bien explicó Raúl Sansica- es el lema del Festival. Cruce entre lo independiente y lo oficial, cruce por la amalgama de voces que atravesaron el escenario y la platea poniendo en juego tensiones, disputas, mitos. Al cruce de los dichos, de los estigmas que, muchas veces, se instalan en medio de un fuego cruzado.
Para debatir las diversas cosmovisiones y las piezas del rompecabezas que aúnan el campo teatral cordobés “hasta que esto tenga algún sentido” (como se expresa en la obra) Tesoro público seguirá exhibiendo y expresándose en el 8° Festival con la Comedia cordobesa bajo la dirección de Paco Giménez e iluminación excelsa de Francisco Sarmiento, hoy a las 22 en el Teatro Real.
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(Luego de su participación en el Festival, la obra cuenta con funciones programadas en octubre y noviembre de 2011).