PORQUÉ NOS OBSESIONAMOS CON JESSE Y CELINE
Por Lucas Moreno
@lucasmorenob
A M&M, que me enseñó la telepatía.
Una película inicial se convirtió en una propuesta novedosa y finalmente en una antropología del amor. Esta mutación hace de la saga algo atípico; más que ampliar una historia, amplía un concepto, como esas tesis que sólo pueden exponerse a través de una novela polifónica.
Cada reflexión se resignifica entre películas con una dinámica caprichosa, propia del deseo y del destino. Es una red que se teje aleatoriamente y nunca sabremos dónde termina. Los finales quedan abiertos porque cerrar un sentido traicionaría la única convicción de estas películas: el amor es misterio y anarquía.
Todo parece tan enroscado que acusaría al proyecto de sucio y ambicioso, pero algo muy obvio como el cuerpo de los actores aporta una fuerza que lo ennoblece y excusa. Ethan Hawke y Julie Delpy piensan el amor a lo largo de 18 años y estos años son reales. Los actores encarnaran la agonía de la edad. No es chiflado afirmar que hay un compromiso ontológico que arquea al límite la mímesis. A esto se suma que la dupla no sólo envejece, también es activa desde la composición del guión. Eligen tópicos, situaciones, improvisan, se involucran espiritualmente.
La frontera de la mímesis es clave para entender la seducción de esta historia. Antes del Amanecer sería recordada como una gran película romántica, pero en una proyección cíclica adquiere otro sentido, uno problemático y trascendente.
Los jaques existenciales aumentan su verosimilitud por narrarse en tiempo real. Todo se decide en una cuenta regresiva desesperante. La apuesta es doble: Linklater, en 18 años, muestra una porción de temporalidad no superior al transcurso de un día. Las escenas, si no son planos secuencia, respetan con el montaje la duración de los diálogos. Son, además, divididas por elipsis suaves. De una masa temporal real, Linklater filma en tiempo real.
Preguntarnos cómo empatizamos tanto con esta pareja si sus vidas nos son ocultas, revela el embrujo de la trilogía: efectivamente desconocemos las vidas de Jesse y Celine, pero conocemos la interpretación que hacen de sus vidas. Conocemos algo más íntimo y visceral: el relato que ellos construyen para sí y para el otro.
Las películas repiten sus estructuras formales, pero la redundancia es imposible gracias a los cambios de ciclo. Los vacíos entre filmes nos atragantan de ansiedad. En Antes del Atardecer, necesitamos que Jesse y Celine iluminen el misterio del desencuentro. Con Antes de la Medianoche sucede lo mismo: estamos inquietos por saber cómo Jesse, demolido de amor por el vals de Celine, convivió con ella durante 9 años. Los datos derivados de las conversaciones son más contundentes que cualquier flashback. El drama es transparente porque recae en el habla pura de los actores, no hay ecuaciones cinematográficas para lograr un efecto; la manipulación de Linklater es imperceptible para que nuestra imaginación participe como tercer interlocutor.
Considerar esta saga exclusivamente romántica sería un error torpe. Jesse y Celine son filósofos. Se aman pero también aman la sabiduría y la buscan en confrontaciones dialécticas de alto voltaje. Los diálogos se precipitan hacia colisiones ideológicas. El desacuerdo habilita un socratismo histérico, a veces light pero otras muy denso. Linklater, hábilmente, transformó a Jesse y Celine en íconos dialécticos: América y Europa, con sus idiosincrasias, tensionan historias, tradiciones, hábitos y estilos.
Fernando G. Varea dice algo lúcido sobre la locura halagadora de la crítica: en los periodistas la identificación es fuerte porque pertenecen a la misma generación, formación cultural y extracción social de los personajes.
Es muy cierto. En el cine se escuchaban los ronquidos de unos jubilados y una parejita adolescente se fue a la media hora. Reconozco que esta trilogía apuesta por un cine intelectualmente exacerbado, para un público sectario. Y también agradezco pertenecer a ese público. Cuando terminó la proyección, me quedé hundido en la butaca, expulsado del tiempo, flotando en un bellísimo caos de llanto y pensamiento.
Calificación: 10 morenaux
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Título: Antes de la Medianoche
Título original: Before Midnight
Año: 2013
País: EEUU, Francia
Duración: 109 minutos
Dirección: Richard Linklater
Guión: Richard Linklater, Ethan Hawke, Julie Delpy
Producción: Christos V. Konstantakopoulos, Richard Linklater, Sara Woodhatch, Liz Glotzer, Jacob Pechenik
Intérpretes: Ethan Hawke, Julie Delpy
Dirección de Fotografía: Christos Voudouris
Dirección de Arte: Anna Georgiadou
Sonido: Tom Hammond
Música: Graham Reynolds
Montaje: Sandra Adair
Me pasó exactamente lo mismo. Crecí con estas películas. Soy contemporáneo a ellos dos. Son parte mía y yo de ellos. Por eso el público es sectario. Pocos hacen esos diálogos propios.
Gracias Lucas por escribir mis pensamientos. Un saludo.
Eh, muchas gracias, Pablo. Gracias a vos por compartir tu entusiasmo. Estas películas ya nos circulan por la sangre.
Fuerte abrazo!