Crítica cinematográfica: “BATMAN”

THE STUPIDITY RISES

Por Lucas Moreno

Para entender qué pasó acá debe olvidarse que una gran película es una película efectiva. Desestimar el calvario gimnástico de Bale o el trastorno obsesivo del editor no ayuda. En una inversión mainstream se le garantiza al fanático su erección.

Así como quedaron bonitos esos copos de nieve entre tantas explosiones, también hay que reconocer que The Dark Knight Rises es la mayor estafa fílmica de la década.

De puro azar, se filtró una realidad paralela que hizo a The Dark Knight un fenómeno histórico. Ironía fatal, porque toda la filmografía de Nolan, es decir, TODA, es un pochoclo húmedo sobredimensionado como cerebro audaz.

Nolan no es inteligente. Nolan colecciona libros para principiantes. Nolan arranca con una pinza conceptos de teorías que no entiende y los exhibe en armatostes populares, ocultando su debilidad artística y mental.

Muchas veces supuse, y ahora más que nunca, que los diálogos de Heath Ledger los escribió algún catedrático desocupado especializado en nihilismo. El despliegue dialéctico entre anarquía y fascismo poseía una lucidez espeluznante. Heath Ledger se convertía en un caso extraordinario de filosofía en el cine.

No hablo de Heath Ledger por nostalgia, sino porque él es la verdadera causa de que Nolan regrese a su imbecilidad de origen. Heath Ledger fue un paréntesis en su cine, un relámpago que reveló verdades incómodas, hizo gigante una película que no merecía serlo y ya no podemos ser espectadores inocentes.

The Dark Knight Rises posee una estructura idéntica a The Dark Knight, con el detalle de que la estructura de The Dark Knight era simbiótica a Heath Ledger; la película se convertía en una fiesta rizomática sin descuidar su planteo existencial y político. Cada acto de Heath Ledger definía por oposición a Batman y reacomodaba al resto de los personajes. Siendo su némesis, el mito encontraba la apoteosis. La condena social que se autoimponía Batman era un reconocimiento respetuoso al pensamiento que exponía Heath Ledger en la sala de interrogatorio: dos freaks con un final pesimista pero mitológicamente coherente.

¿Iba a funcionar otra película sin ese estímulo intelectual? Heath Ledger dejó un antecedente insuperable y el catedrático desocupado no quiso saber nada o se suicidó para dar un buen ejemplo. Nolan y su hermano entraron en pánico ante un guión en estado de sitio. ¿Qué hacer, entonces? Repetir.

Ejemplos tenemos desde la primera escena. En The Dark Knight, en el contexto del robo a un banco, se presenta a Heath Ledger del siguiente modo: detrás de una máscara de látex de payaso, hay una máscara pintada de payaso. En The Dark Knight Rises, en el contexto del robo a un avión, se presenta a Bane como un enmascarado debajo de una capucha. Si en la primera el juego de las máscaras era una introducción al andamiaje filosófico, en la segunda es una vueltita innecesaria de tuerca, una gracia menor.

Se reitera la anarquía en Ciudad Gótica, hay un sub-villano ambiguo, una mirada sobre el terrorismo y la policía entra en jaque moral. Hasta la explosión virtuosa del estadio de fútbol parece una sombra tímida de la explosión del hospital en The Dark Knight. Pero allí donde había sentido y drama del fuego, acá hay una parafernalia digital triste y vacía.

Las trampas del guión, absurdas y rebuscadas, confirman lo desesperado que está Nolan por abrirle la boca al espectador. ¿Había necesidad de inventar un personaje inverosímil como el de Cotillard para conectar con Batman Begins o reservar el nombre de Robin para el último minuto? Ojalá fuera esto lo peor.

Como The Dark Knight tenía al catedrático nihilista creando situaciones de lectura múltiple, Nolan y su hermano rellenaron The Dark Knight Rises con pedorradas filosóficas disfuncionales. Resulta que hay un cuestionamiento al capitalismo, a la bolsa (?), al sistema jurídico y a la reincidencia criminológica. Tópicos tácitos en The Dark Knight, pero acá expuestos como un buñuelito recalentado en microondas. Inteligencia gomosa, superposiciones narrativas que se valen de lo barroco como coartada para esta violación a la originalidad.

Y para rematar, a Batman le esculpen una estatua y lo veneran, asesinando la magia del personaje. Afortunadamente, los espectadores harían lo mismo con Christopher Nolan.

Calificación: 1 morenaux

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Título: Batman: el caballero de la noche asciende
Título original: The Dark Knight Rises
Año: 2012
País: EEUU
Duración: 164 minutos
Dirección: Christopher Nolan
Guión: Jonathan Nolan y Christopher Nolan
Producción: Kevin De La Noy, Jordan Goldberg, Benjamin Melniker, Christopher Nolan, Charles Roven, Dileep Singh Rathore, Emma Thomas, Thomas Tull, Michael E. Uslan, Nathan Crowley, Kevin Kavanaugh
Intérpretes: Christian Bale, Tom Hardy, Anne Hathaway, Joseph Gordon-Levitt, Gary Oldman, Marion Cotillard, Michael Caine, Morgan Freeman
Dirección de Fotografía: Wally Pfister
Dirección de Arte: James Hambidge y Naaman Marshall
Sonido: Richard King
Música: Hans Zimmer
Montaje: Lee Smith

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