Crítica cinematográfica: “La Purga” – parte I

ADIÓS A LAS PURGAS – PRIMERA PARTE

Por Lucas Moreno

Diez años atrás, la televisión argentina fundaba una era con Okupas.

El shock emocional de este unitario no se limitó a su gloria fílmica; también involucraba una coyuntura que convertía a los protagonistas en íconos trágicos, exponentes de una generación cayendo al abismo. Jóvenes habitando un país a la fuerza, desalojados de una historia y amparados por una canción de los Rollings Stones.

Paralelamente, surgían las primeras burbujas del Nuevo Cine Argentino, paridas por la misma camada de realizadores y criadas con presupuestos dementes y heroicos.

Transformación audiovisual que valió doble: no sólo halló un criterio estético para contener una sensibilidad generacional; también dispersó la tensión idiota entre cine y televisión. Los unitarios de Pol-ka comandados por Daniel Barone demostraron que el lenguaje fílmico estaba en la tele y que las condiciones de producción se igualaban. Salvando algunas demandas del formato televisivo, las series tuvieron la misma omnipotencia artística que las películas.

¿A qué viene esta arqueología? Siento que este año, en Córdoba, la industria cinematográfica salió de su letargo con la violencia de un monstruo emergiendo curioso de La Cañada. Realizadores, críticos y amas de casa quedaron estupefactos ante la cantidad de cosas buenas que se pegaron a las pantallas de cine y televisión.

No me parece chiflado igualar aquella revolución audiovisual porteña con esta revolución cordobesa actual. No como una revolución aislada que niega la movida del Nuevo Cine Argentino. Al contrario, es una revolución consciente de todo lo que sucedió cinematográficamente en la última década. No actúa por resentimiento ni complejo de inferioridad, sino por maduración y agradecimiento. Lo que vive Córdoba es un legado. ¿Una revolución industrial más que una artística? Puede ser: si comparamos películas y series, las orientaciones son macabramente dispares. No percibimos esa camaradería artística que tuvieron los porteños, que emparentaba a un Caetano con un Trapero, por ejemplo. ¿Acaso las inquietudes de Rodrigo Guerrero son parecidas a las de Rosendo Ruiz?

Hay algo, sin embargo, que funciona como vector unificador: el reconocimiento irónico y hasta drástico de un espacio geográfico. Es Córdoba, siempre, un personaje burlón, transparente y seguro. Pero cuidado; valerse estéticamente de una geografía no es lo mismo que aprovecharse de ella. Pensemos en este corpus: El Invierno de los Raros, edén, La 40, De Caravana, Yatasto, Hipólito y La Purga. Poco tienen que ver conceptualmente, pero no evaden su localismo ni buscan la abstracción espacial. Si algo caracteriza al Nuevo Cine Cordobés, es hacer de su región un valor intrínseco, una compatibilidad narrativa, una suerte de orgullo sutil, y esa condición imperceptible te entrega una identidad, un reconocimiento que sirve para rotular lo que está pasando como Nuevo Cine Cordobés.

Ahora llego a lo más importante. De todas las obras mencionadas, una en particular, y sólo una, consigue hacer de lo cordobés un máximo valor narrativo sin atentar contra su historia: LA PURGA.

En De Caravana, por ejemplo, siempre existió un riesgo: que su pintoresquismo provincial cobre más fuerza que el relato. Eso para mí jamás sucede, pero uno revisa las críticas de Buenos Aires y nota una tendencia a encasillar la película como postal etnográfica, encima su vorágine marketinera insiste en llamarla la película de La Mona (?).

La Purga tiene una autoconciencia superior sobre dónde está parada y sabe cómo explotar su geografía sin ridiculizarse. Táctica de una inteligencia grosera: todo lo que sucede es netamente cordobés pero ni siquiera importa. Cada fotograma delata Córdoba pero cada situación trasciende Córdoba.

La Purga, el barrio donde todo transcurre, es falso, y sin embargo la tonada cordobesa es una necesidad actoral, una obligación, una urgencia. Si yo quisiera sintetizar cuáles son las virtudes o los patrones de esta movida cordobesa, no dudaría en poner como referente a La Purga.

Claro que existen muchos más rasgos positivos a considerar, como la ratita negra de Alvin Astorga, que mira el narcotráfico parada sobre sus dos patitas, pero van a tener que esperar la segunda entrega de este artículo para saberlo.

Actualmente transmiten la serie por Canal 10 los miércoles a las 23. Si quieren ser testigos de una nueva era fundándose en Córdoba, no se la pierdan.

…CONTINUARÁ

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LA PURGA – FICHA TÉCNICA
Definición: HD
Formato: Miniserie de13 Capítulos
Emisión: Semanal
Género: Drama
Dirección: Claudio Rosa – Pablo Brusa
Producción Ejecutiva: Sergio Pedrosa – Antonio Pita – Romina Savary
Dirección de Producción: Daniela Bestard Pou
Dirección de Fotografía: Diego Arroyo – Sebastián Ferrero
Dirección de Arte: Carolina Bravo
Montaje: Antonio Pita – Matías Nille
Guión: Ivana Galdeano

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