UNA PUESTA PARTICULAR CORDOBESA
Apenas llegamos, tocamos el timbre (departamento 3) y aguardamos. Alguien abre, busca nuestro nombre en una lista y nos permite el paso. Subimos por las escaleras del edificio y allí en el pasillo, junto a otras personas, esperamos el momento del inicio. Es así, en un lugar cualquiera de Córdoba, en pleno centro de comercio de la ciudad, se pone en silencio una escena. Buscando a Harold de Fernando Berretta -a la manera de ciertos recitales de rock- sucede casi de incógnito.
“Capacidad máxima: 23 personas”. La cercanía de los cuerpos abarrotados en el espacio edilicio promete un convivio particular. La obra sucede en medio de los voyeurs (el público, acomodado en diversas sillas… esas que, usualmente, los actores usan en su casa para comer, dejar la campera o poner un maceta de adorno en una esquina) que alrededor del espacio central del departamento miran a la pareja llamándose por sus propios nombres y divagando en un discurso que remite a El amante de Harold Pinter. Al finalizar, un vino y conversaciones nos aúnan. El director nos abrió las puertas de su propia casa. Nada más por decir.
Una versión particular de la obra clásica de Pinter, una puesta en escena exclusiva por ser inclusiva. Nos explicamos: aquí somos invitados, invitados de honor en un hogar con olores, muebles con historia, actores que despojados de la máscara fundan la ficción a carne y hueso, sin más y nos incluyen en su propio universo real para generar ficción. Fernando –Berretta– dice al final de la obra algo sobre la importancia de compartir otros espacios. Ese íntimo y propio, en el que sus propias pulsiones pernoctan ahí, entre los cuerpos de los espectadores y las características del evento fundan la propia obra. Experiencia inolvidable que –reconocemos– primero perturba más aún que cualquier otra vez, con tan pocas personas (lo íntimo), en un lugar tan reducido (lo cercano), uno percibe las escenas como quien espía a un vecino: mirando a través de un espejo, adivinando la escena de la cocina, azuzando por el refilón del ojo lo que acontece en el baño… pero se convierte a modo de mágico cuento de hadas, al pasar el rato, al disfrutar la obra en un acontecimiento del cual uno es parte viva y, como espectador, impone algo más que la mirada cruzada con la de otros en el espacio pequeño y atravesada a su vez por esos otros ojos.
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Poniendo el cuerpo a las 22 hs., todos los sábados de marzo, abril y mayo, estarán Buscando a Harold, Natalia Dora Spollanski y Fernando Salvador Berretta. Eso sí, si querés ir, llamá por tu anticipada al 0351 155 051473 y no olvides pedir las coordenadas, para asistir a esta versión de miniteatro para departamento de un ambiente.