STRAVAGANZA CORRIÓ LA LÍNEA… Y LO HIZO DESDE VILLA CARLOS PAZ
Al llegar el mes de enero, Córdoba parece el cuerno de la abundancia. Afloran los festivales como hongos tras una lluvia, apretados uno al lado de otro cubriendo cada punto de la geografía provincial. Así vemos el listado de folkloristas que como una letanía se repiten una y otra vez corriendo de localidad en localidad y de escenario a escenario en busca del aplauso fácil y adocenado.
En tanto «en la Villa», hacen campamento durante algo más de dos meses una multitud de jóvenes en busca de ser tenidas en cuenta como «vedettes» tras el paso por algún programa televisivo o con aceitadas dotes para el escándalo en las tardes de los programas televisivos de chimento, junto a actores que procuran reverdecer laureles o continuar con su exitoso desempeño artístico. Por supuesto los cómicos ponen a punto sus rutinas para pelearles palmo a palmo a aquellos la decisión del público de «bendecirlos» con la decisión de gastar algún dinero en sus espectáculos.
Así sucede cada verano, hasta que hay alguien que rompe el molde y prueba que «teatro de verano» puede ser algo más que comedias adocenadas o maratones de chistes uno tras otro. Años atrás lo logró Jorge Guinsburg y ahora Flavio Mendoza con Stravaganza demostrando que con ímpetu, inversión generosa y mucho talento y esfuerzo se puede montar desde el interior del país un espectáculo que en nada enviaría a los que es dable encontrar en las grandes capitales del mundo.
En los meses anteriores al estreno, con escepticismo cabía preguntar que se traía entre manos el bailarín/ acróbata mediático (pues él aclara que no es coreógrafo). Pero tras el estreno pudimos constatar que estamos ante algo diferente y atractivo.
Stravaganza es un espectáculo del Siglo XXI que se erige contra formas más conservadoras y menos ingeniosas. Aquellas plantean desde la extrema parquedad de un simple telón con la incorporación de algún que otro elemento de utilería y un vestuario apenas adecuado; a formas clásicas con el lenguaje de la comedia, con escenografías únicas y dominantes e iluminación sin mayores matices.
Para Stravaganza Villa Carlos Paz dió la bienvenida a un nuevo complejo, el flamante Teatro Luxor, un complejo de confort envidiable, con una sala de 1.200 butacas que, en forma de abanico convergente permite una perfecta visión desde cualquier ángulo desde la primera a la última fila. Con cinco escenarios (el nivel «de piso» para la piscina; con una superficie levadiza que genera dos niveles más; y dos balcones, uno para la orquesta y otro para la cantante) más una ingeniería de sala compleja con innovadores sistemas de iluminación y sonido.
En este music hall todo es sorprendente. Desde la pantalla led que muta con formas, fondos y colores brillantes y de gran definición, al sonido e iluminación que realza tanto la música en pista como la que se ejecuta y se interpreta en vivo. Todo es funcional a los diversos cuadros; desde los coreográficos hasta los segmentos cómicos de un artista inagotable como es Diego Reinhold. Sus diversas intervenciones van desde la arenga al público para sumarlo al show hasta las rutinas en las que interactúa con la pantalla sesgada y el Led rompiendo por momentos los límites de la realidad para confundirse con lo que es soporte visual.
Por otra parte los diversos cuadros coreográficos pergeñados por Romina Propato con la dirección artística de Flavio Mendoza, son de una excelencia impactante. Los artistas pueden desplazarse en altura, surcar las aguas o lanzarse a ellas, aparecer o esfumarse con la dinámica de torbellino.
Todo elemento es útil para el lucimiento de la veintena de bailarines: cuerdas, arnés, anillas, una burbuja plástica, el armazón de un barco, una motocicleta que se desplaza sobre un alambre de lado a lado de la platea, una jaula y hasta la lluvia sobre la piscina importa una suma de elementos que requiere de una coordinación pensada al milímetro. El vestuario destaca en formas y detalles de gran calidad aunque muchas veces tenga como destino final la piscina.
De los artistas sobre escenario sólo hay parlamento para tres: Reinhold, Mendoza y brevemente para Noelia Pompa. De la mano de Reinhold hay breve colaboración cómica de los músicos del grupo Iceberg omnipresentes a lo largo del espectáculo, mientras que la cantante Lucila Juarez despliega todo su caudal de voz en lucidas interpretaciones. El cuerpo de bailarines conforma un grupo compacto en el que el común denominador es la excelencia. Stravaganza al cabo de dos horas de espectáculo demuestra que se puede innovar. Que se puede llevar la línea más adelante y desde allí provocar a quienes entienden que espectáculo de verano puede ser simplemente desarrollar productos lineales para la contemplación in situ de aquello que se vio durante el año en televisión, o mostrar con nombre nuevo lo que ya se conoce de anteriores temporadas. Mendoza se lleva de Villa Carlos Paz un récord histórico: 160.000 espectadores en tres meses. Promete regresar en diciembre próximo con mucho mas. Dice que entonces el agua dará paso al fuego. Cuanto menos dejó las expectativas muy altas para lo que vendrá.
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Temporada Estival 2012
Teatro Luxor – Villa Carlos Paz