DE CREYENTES Y ATEOS
Inglaterra. Dos personas discuten sobre la existencia de Dios la misma mañana en que el país ingresa en la Segunda Guerra Mundial. Una de ellas es Freud, el padre del psicoanálisis, la otra es el escritor C.S. Lewis.
Con entradas agotadas en sus tres funciones, una el sábado y dos el domingo, se presentó en el Teatro Real La última sesión de Freud. La obra escrita por Mark St. Germain y dirigida por Daniel Veronese, cuenta con las geniales actuaciones de Jorge Suarez (Freud) y Luis Machin (Lewis).
Freud, al borde de la muerte debido a un cáncer de paladar, desea comprender como Lewis puede ser un creyente en su vida adulta cuando en su adolescencia fue un ateo acérrimo, no puede entender la conversión de esta “mente brillante”. Con este fin el psicoanalista invita al autor de “Las crónicas de Narnia” a su mítico consultorio, donde entablarán una emocionante discusión que tendrá como eje la existencia de Dios pero que derivará en temas como el arte, el sexo, la muerte y la práctica psicoanalítica. Ambos intelectuales dispararán sus argumentos entre las declaraciones de guerra escuchadas en la radio, la alarma de bombardeos y los feroces ataques de dolor que sufre Freud debido al malestar que le produce su prótesis de paladar, razón por la cual ha decidido acabar pronto con su vida.
La carga filosófica que posee el texto se ve mitigada por el humor que producen los comentarios sarcásticos de ambos pensadores, como así también, por las intensas emociones que producen los momentos más duros de la obra. Las enormes actuaciones de ambos actores nos llevan al interior de las cosmovisiones de sus personajes sin dejar de lado la parte más humana de cada uno de ellos. De a poco los personajes nos van relatando hechos de sus vidas que los han marcado profundamente y los han llevado a sus actuales sistemas de pensamiento, pero también, demostrando las similitudes de las vivencias de todo ser humano más allá de toda ideología, creando un vínculo entre ambos.
“La búsqueda de la existencia de Dios no es otra que la búsqueda del padre perfecto” le dice Freud a Lewis, calificando de niñería la creencia en un Dios que predica “poner la otra mejilla” mientras Hitler conquista Europa. “Al final parece que todo pasa por aquí” dice Lewis señalando el legendario diván del padre del psicoanálisis, reprochándole a Freud que la razón no lo entiende todo. La última sesión de Freud nos embarca en la eterna discusión razón Vs. fe, demostrando que más allá de las diferencias de pensamiento nos une nuestra condición humana, nuestros dolores y alegrías, y en última instancia nuestra única certeza: la muerte. Una muerte que traerá la verdad. “Uno de los dos está equivocado, si usted tiene razón me lo podrá reprochar él en cielo, si yo tengo razón no lo sabremos nunca” dice Freud a Lewis.
Es una obra con un texto muy lúcido, un director que supo como dotar a la obra de un ritmo preciso para que los argumentos teóricos no aturdan, una escenografía que nos mete en el consultorio de una de las mentes más brillantes del siglo XX y dos actores que llevan al público tanto a la reflexión, como a la risa y a la emoción.
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Domingo 10 de Marzo
Teatro Real
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