DÉJALO IR, TIM
Frankenweenie, el largo, es una película carismática, narrada por un relojero, visualmente encantadora. Frankenweenie, el corto, es una película auténtica con esas imperfecciones que la hacen irrepetible.
Tim Burton tomó el guión del corto y lo estiró a largo. No le cambió la estructura, le agregó sub-conflictos y personajes. Tampoco cambió fotogramas. Si uno analiza el corto (http://www.youtube.com/watch?v=ORd2A_k85KA), se encuentra con los mismos encuadres, la misma escenografía y el mismo montaje.
Esta Frankenweenie es corrupta. Como película será suprema, pero su contracara provoca la picazón de una estafa invisible. ¿Para qué filmar dos veces lo mismo? ¿Nostalgia o impotencia? ¿Venganza porque Disney rechazó el corto en 1984?
Frankenweenie es el grado cero de la filmografía de Tim Burton. Con impunidad toma cada pieza de su poética para reanimarlas en una película agrisada y objetivamente perfecta.
No sólo Frankenweenie, el largo, imita a Frankenweenie, el corto; también aparecen remaches del Tim Burton artista, desde el stop motion hasta su clásico Vincent del corto Vincent. Otro gran personaje de la película, la niña de ojos gigantes, se extrae del libro La Melancólica Muerte de Chico Ostra, que a su vez se extrajo para la serie Stainboy. La intromisión caótica de un mundo siniestro sobre lo cotidiano está en Nightmare Before Christmas, Beetlejuice, Batman Returns, Mars Attack!, Corpse Bride, Charlie and The Chocolate Factory y los soretitos de Alicia y Sombras Tenebrosas y el listado no tiene sentido porque es recurrente en la filmografía completa, de manera explícita o encubierta. También es cantado que el protagonista esté triste y divague solitario.
Frankenweenie, además, aplica citas cinéfilas. Doble rejunte: obra propia y ajena. El perro Sparky es una metonimia de esta película: cadáver resucitado con parches de terceros. Es tal la coherencia cínica, que Frankenweenie, el largo, se convierte en una apología a la masturbación. Eso no es repudiable, lo que resulta éticamente despreciable es el desenlace, que exigía atreverse a una reversión.
(Ahora se cuenta el final pero no importa)
En el corto, a Sparky lo reviven los mismos vecinos que lo prenden fuego. Sucede lo mismo en el largo, pero Tim Burton incrustó un planteo, o peor, una moraleja: la ciencia debe usarse con responsabilidad, humanamente.
La resurrección de Sparky en el corto es anecdótica, formal, no arrastra reflexiones y hasta es irónica. Sirve más para reivindicar a la comunidad inquisidora que para devolverle el perro al chico.
La resurrección en el largo es de una contradicción obscena. Cuando Vincent cierra su duelo, acepta el fin de Sparky y deja de sentir la muerte como una presencia extraña, el perro revive. Cobardía total para darle el punto final a un planteo honesto. ¿Qué humanismo se encapricha en prolongar la vida fuera de sus límites? Sparky re-resucita para morir algún día. Esta verdad es negada por Tim Burton y predice una catástrofe: su próxima película va a ser igual.
Calificación: 0 morenauxs
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Título: Frankenweenie
Título original: Frankenweenie
Año: 2012
País: EEUU
Duración: 87 minutos
Dirección: Tim Burton
Guión: Tim Burton, Leonard Ripps, John August
Producción: Allison Abbate, Tim Burton. Derek Frey. Don Hahn, Connie Nartonis Thompson, Simon Quinn
Intérpretes: Winona Ryder, Catherine O’Hara, Martin Landau, Martin Short, Charlie Tahan, Atticus Shaffer, Robert Capron, Conchata Ferrell
Dirección de Fotografía: Peter Sorg
Dirección de Arte: Tim Browning, Alexandra Walker
Sonido: Dillon Bennett
Música: Danny Elfman
Montaje: Chris Lebenzon, Mark Solomon
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