Reseña: “K I K I 2”

METONIMIA DEL ABANDONO EN EL EXCENTRICISMO DE UN EXACTO

La performance en forma de oración

Por Charlotte von Mess

Kiki 2 es el resultado toulouse-lautrequiano del sentir en el cuerpo de Cuqui. En una época distinta a la bella, se pasea con su gordura amada en los óleos azules por Renoir, en un mundo que la desprecia. Sin contar su tatuaje de fuego en la cara, en memoria de las brujas quemadas en la Inquisición, que es mal visto en las pieles peelingzadas.

No tiene la fuerza de Lady Gaga, no siempre, como para contestarles a todos todo el tiempo.

A los 22 años escribió una pequeña pieza que quería ser un corto (también diseñó el vestuario), llamada La mami de los monstruos. Actualmente Lady Gaga se llama así misma Mother Monster; podría decirse que es la realización de Cuqui a gran escala (algo que su mente suicida/depresiva no le permitió hacer).

Pero volviendo a la hermandad de los deformes, es obvio que en una época como la de Toulouse-Lautrec hubiera sido bailarina de can-can en el Moulin Rouge, no una esposa. Como no es esposa ni novia ahora.

A diferencia de Lady Gaga, que la monstruosidad la potencia, a Cuqui la destruye (?). A Madonna los aplausos la alimentan, Cuqui no soporta ese ruido.

Al ver la fealdad frente a frente, como El Hombre Elefante, de David Lynch, supo desde muy pequeña varias verdades acerca del amor de pareja (es importante mencionar que es subjetivo, hay un caso paradigmático, el de El Hombre Pulpo, amado por sus padres y esposa, donde él no se percibe como monstruo): ahí mismo comenzó su libertad. El agradecimiento más grande que podría darle a la vida es el haber sido fea.

¿Y qué es esta performance oracional? En una vida como la de ella, no tendría sentido seguir los preceptos bíblicos ni los biológicos, básicamente hacerse la tonta y ser esclava, cuando puede no necesitar nada de los hombres (más que le arreglen la computadora). Ni de ellos ni de ellas. Vivir sin amor. Y lo prueba. Una auténtica vida de monstruo que vive sin recibir amor. ¿De dónde saca su fuerza? ¿De dónde la sacó Toulouse-Lautrec?

Llevarse a la oración y no quedar en el formato visual (performance tradicional), podría tener que ver con la cantidad de imágenes pornográficas que abundan, en tanto la sobrevaloración de la sexualidad, donde no tendría mucho para aportar. Lo que ella aporta es verdad, mostrando las dificultades.

Cuqui es similar a Brandon, de la película Shame, al acostarse con desconocidos, aunque ella lo hace para tener viva la energía sexual, no porque le interese el tema particularmente.

Si recibe un castigo social por ser fea (la exclusión), ¿por qué debería ser bondadosa con el resto? Aún así lo es, aún así trata bien a los demás y les sonríe. Bien podría ser llamada Cuasimodo viviendo en lo alto de su torre enmohecida. Así es su departamento, donde concerta sus citas. Cuando se cortan las luces de la cuadra, debe subir a pie los 11 pisos. Pero no es Cuasimodo, es una bruja, con lunares en la nariz.

En su momento le escribió a Joel-Peter Witkin para ser fotografiada por él (la sesión no prosperó). Podría haber posado para Diane Arbus. Y Steven Meisel.

¿Por qué decidió hacer este nuevo autorretrato con palabras? ¿Por qué ser menos universal (las imágenes son pre-babélicas) con algo tan universal, cotidiano y sencillo como lo es el sexo? ¿Qué era lo que no podía registrar ópticamente para necesitar las palabras?

Quizá ver este libro no hubiera sido penetrar en Cuqui, como se entra por la lectura, donde también hay opticidad.

Para una persona como ella, su vida sexual no podría haber quedado fuera del campo artístico/experimental. ¿Alguna vez habrá vivido el sexo en sí mismo? Porque incluso para ella la masturbación es ensayo.

Cuqui podría haber sido la actriz fetiche de John Waters, Almodóvar; la musa disecada de Damien Hirst. Cual Frida Kahlo, toda rota (por dentro), avanza en pos de otra belleza escuchando cómo la ignoran. Sin embargo, es resistente al veneno del desamor y sin saber amparada por quién, viene con Kiki 2 sin importarle nada, como dijo Madonna al cerrar su gira Sticky & Sweet: Nadie va a detenerme. Y como el agua de Memorias de una geisha, se abrirá camino, y como el agua de la canilla se irá, se evaporará, se congelará, etcétera. Aunque quieran quererla, no va a dejar que eso suceda. Al igual que otro artista agua-huidizo, Rimbaud, podría viajar (y capitalizar los viajes en obras).

La crisis hídrica va a ser cada vez peor, y en algún momento los no-monstruos rezarán por una gota de agua, pero lo único que tendrán en la mano será la sequía de un pene erecto.

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Libro: “Kiki 2”
Autor: Cuqui
Editorial Nudista – 2012

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