DOCE AÑOS DE JUVENTUD
Valió la pena el tiempo que dedicó Richard Linklater para filmar su último trabajo -144 meses- y el que tuvimos que esperar sus seguidores para verlo. Porque Boyhood es una (nueva) obra maestra de este director, ícono del cine independiente norteamericano.
El filme narra cronológicamente la vida de Mason Evans entre sus 6 y 18 años, su infancia y adolescencia, hasta que llega a la Universidad. Se detiene en los momentos y personas que fueron trazando su personalidad y su futuro: mudanzas, fiestas, charlas, viajes, la presencia constante del alcohol, sus padres y hermana, nuevas parejas de sus padres, las familias de las nuevas parejas de sus padres, amigos, novias, profesores, jefes.
Hacia cada uno de los personajes puede verse un hondo enamoramiento por parte de su creador, enamoramiento que inevitablemente se contagia al espectador que disfrutará de su profundidad, matices y contradicciones. Y los ama como dicen los manuales que se ama: amando todo de ellos, las de cal y las de arena; lo cual lleva a un equilibrio minucioso en la construcción de cada sujeto. Linklater no los idealiza. Y en el caso de algunos personajes con los que sería fácil hacerlo, tampoco los demoniza. Sus cambios y evoluciones están complejamente desarrollados pero la esencia de sus perfiles se mantiene incólume.
Hay una fuerte presencia, además -como en todas las obras de Linklater-, de elementos autobiográficos y de su cosmovisión. Tal como sucedía en Antes del amanecer, Antes del Atardecer, Antes del anochecer y Despertando a la vida, por ejemplo, el contenido de lo que verbalizan los protagonistas es casi un manifiesto filosófico del autor y uno de los pilares fundamentales sobre los que se sostiene la película.
Otra característica importante de Boyhood es la inteligencia en el modo de relatar. Son muchas las circunstancias que van forjando la identidad del protagonista, pero la manera en que son reveladas es notablemente sutil, bella y coherente. Salvo un par de excepciones perdonables, se evidencian sin subrayados, sólo a través de guiños o tenues referencias. El dramatismo se construye a partir de pequeñas situaciones conflictivas, que son las mismas que podrían sucederle a cualquier chico, pero la gracia radica en el texto (hay diálogos dignos de imprimirse en remeras o -mejor aún- recordar para siempre), la dirección, la banda sonora y las actuaciones; tan fascinantes que otorgan una magia distintiva a cada escena o período y hacen que las particularidades del rodaje queden entre los últimos puestos a la hora de elegir qué lo hace un filme maravilloso, y que las casi tres horas que dura sean insuficientes. Queremos saber qué pasa en los próximos doce años de vida de Mason Evans.
Calificación: 9 búhos
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Título original: Boyhood
Año: 2014
Duración: 165 minutos
País: Estados Unidos
Director: Richard Linklater
Guión: Richard Linklater
Con: Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke, Lorelei Linklater. Productora
Premios: 2014: Festival de Berlín: Mejor director – 2014: Festival de Sundance: Estreno mundial (sección «Premieres») – 2014: Festival de San Sebastián: Gran Premio FIPRESCI: mejor película del año / 2014: Premios Gotham: 4 nomin. (mejor película, actor, actriz, actor revelación)
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